noviembre 08, 2009

RaPsoDiA


Sigue orquestándose esta sinfonía y aunque ocasionalemnte no suela reconocerme entre los múltiples acordes que la componen, esta vez, me deslizo entre las cuerdas de los violines para dejarme ver; me permito, incluso, aparecer con las notas volátiles provenientes del piano y con los ahogados rasguidos del violonchelo. Me develo entre los sonidos tenues y armónicos de la flauta y exploto cuando brota de todos ellos la eufonía que da vida a mi rapsodia.

Suena el sax... los latidos aumentan, luego se compasan...

¡No dejes de Tocar!




4 comentarios:

FOREVER-EVER dijo...

Interesante...la lírica de donde creas experiencias múltiples y diferenciadas, ¡tan efervescentes!

...semejante a un seísmo o paroxismo musical...

"el lirismo accidental procede de causas exteriores y desaparece con ellas"

Un abrazo =)
Cuídate

Anónimo dijo...

el sax y el sex... qué cosas tan bellas tiene la vida!

Ugo.

L.C dijo...

y vaya que sí Ugo... sax-sex, sex-sax... waxxxx!!! Te quiero Ugito: un beso.

Aidan: esa lírica vive incluso dentro de mi cuerpo, la música la hacen mis pisadas cuando resuenan en el pavimento, mis venas y mis latidos inundan de sonidos dulzones y armónicos los recovecos, la sangre se agolpa entonces y los puños se crispan, los músculos se sueltan y son libres de sincronizarse con las notas y los acordes de mi rapsodia.

Gracias por habitar y musicalizar también este espacio: un abrazo.

Anónimo dijo...

Amé tu blog...
Me enamoré...
Ana.